“EL PODER” (pequeña
narración de Osho). (Leerla en voz alta).
Había
una vez… en cierta desierta población… Un escaso número de acasos o
circunstancias inusuales…
Este
poblado, pequeño, insignificante a primera vista, descubría claramente su faz
ante lo elevado que estaba su orografía, y lo horroroso de su ortografía. Es
claro: era gente muy ignorante. Pero, como todo pueblo pequeño, el que algún
dinerillo de más tenía, más se la creía…
Quedaba
ubicado en las entrañas de los Montes Cárpatos. Peñascos escarpados, y muchos
arados cerebros que en sus sesos contenían:… ¡NADA!
Pero
había, como en todo pequeño poblado, tres
familias que monopolizaban todo a través de su dinero. Un dinero mal habido,
mal olido, y muy fallido. No había sido ganado con el sudor de la frente,
obviamente.
Dichas
tres familias, estaban conformadas
por dos, que eran: el matrimonio, y dos hijos varones. Iguales
ambas familias. La tercera, la
conformaba sólo un matrimonio y un
perrito chihuahua. Si, aunque no lo crean, hasta en los Cárpatos hay
chihuahuas.
El
resto de la población detestaba, si no, odiaba a las tales familias. Era una
cuestión de humillaciones constantes. Debían depender de los trabajos que esas
familias les ofrecieran a costa de muchas horas de trabajo y escaso, muy escaso
dinero o remuneración.
Sin
contar, con que además de sentirse enormemente poderosos… eran soberbios,
orgullosos, y lo que es peor: ¡RACISTAS!!
En
fin, ese pequeño pueblo era conocido con el nombre de: “Friendly”. (Amistoso). ¡Oh! ¡Jactancia
tamaña!! ¡Qué ironía!
Los dos varones de la primera familia,
fueron creciendo en tamaño pero no en inteligencia. Uno de ellos presentaba síndrome
de Down. Pero igualmente, lo que valía en el pueblo, era el apellido. El
apellido de esa familia era: Zorry. ¡Ja!
Los otros dos varones de la segunda familia, ya
eran casi hombres y jamás habían tenido novia. Claro, era imposible, ¡Eran
siameses!!!! Era realmente un problema. Porque desde que nacieron, no hicieron
nada, sus padres, por separarlos. Igualmente, se llevaban muy mal. ¡Qué carácter tenían! Hasta en esa condición
se golpeaban. Estaban unidos por el ombligo. Así que tenían que encararse
diariamente. ¡Qué fastidio!
Pero
sus padres tenían el mismo problema. No porque fueran siameses, sino porque
todos los días tenían que verse las caras. ¡Ufff!!
La
pregunta real sería: ¿Y por qué, si se llevaban los cuatro tan mal, no se
separaban de una vez? Y, obvio… Ellos eran la familia más rica. Mucho más rica
que las otras dos.
El matrimonio con el chihuahua…
era jactancioso, pedante y miserable. No querían codearse con nadie. Siempre
mandaban al perrito cuando alguien golpeaba la puerta para traer las
provisiones. El perrito tenía una puertita baja, dentro de la puerta grande y
entraba y salía a entera voluntad. Cuando dejaban provisiones, él entraba,
miraba al matrimonio y ladraba tres veces. Entonces la pareja sabía que se
trataba de provisiones y que debían pagar. El perrito además, entraba con un
papelito en su boca con el precio de lo que había sido traído. Por lo tanto, el
hombre de la casa colocaba el dinero justo del importe en la boca de su mascota
y ella iba corriendo, salía por su puertita y así era como se hacían las
transacciones entre patrones y pueblerinos. Su apellido era: “Constance”. ¡OH! Hasta contar esto me cansa…
Los
habitantes del pueblo, comenzaron ya a hartarse de su miserable situación. Y
les odiaban… Hasta que un día, un joven pueblerino, de 17 años, rostro
inteligente y sólo eso… decidió que iría a hablar con el señor Flamenco (el padre de los siameses), para ver si obtenía una
solicitación para los más jóvenes del pueblo, de trabajar mejor, remuneradamente
hablando. Así que, saliendo por la mañana temprano, porque era madrugador, siendo
las 10:30 A.M. , se puso sus botas roídas, sucias y viejas, un pantalón
labrador que tenía más o menos unas tres semanas sin lavar… y un sombrero para
cubrir su cabeza del sol, hecho de
hierbas duras… por su otro hermano… menor.
Armándose
de valor… según él… se encaminó hacia la cabaña enorme de la familia Flamenco.
Llegó aproximadamente a las 11:30 A.M. claro, estaba caluroso. La
distancia entre la casa del joven y la de la flia. Flamenco era de
aproximadamente 1 km… Dependiendo de cómo se lo viese… Porque en realidad, 1 km, para el joven,
era una cuadra y media según nuestros
cálculos.
Una
vez llegado a la gran cabaña, preguntó a uno de los criados por el dueño. El
criado miró al joven de hito en hito, preguntó su nombre y el propósito de su
visita. El joven le dijo que era algo importante y que él era el portavoz del
pueblo.
Dicho
esto, el criado dudó unos instantes… dio media vuelta y fue a buscar a su amo.
“Su
señoría… hay en el vestíbulo un pordiosero que desea hablar con Ud. Y dice que
es el portavoz del pueblo. Y que además es algo importante lo que le viene a
decir”.
El
Sr. Flamenco, acariciando su barbilla, pensó unos instantes y con el ceño
fruncido fue al encuentro del recién llegado.
Lo
miró con desconfianza y desprecio.
“Que
te trae por acá, pordiosero?” “He venido a decirle a Ud. que los que vivimos en
el pueblo ganamos miserablemente, trabajamos como burros y seguimos burros
porque no tenemos escuelas donde estudiar y aprender.”
“¿Qué
es lo que propones?” “Lo que quiero proponerle, es que, por lo menos hagamos
una experiencia”. “¿Qué experiencia?”, retorció su boca el señor Flamenco.
“Mire,
si UN SOLO DÍA… Mire lo que le estoy diciendo… UN SOLO DÍA, Ud. Me deja manejar el poder del dinero que Ud.
tiene y yo lo manejo correctamente (claro, todo ficticiamente, porque yo no se
lo voy a robar)… Ud. Nos aumenta el salario a todos los que trabajamos para
Ud.”
“¿Pero
qué diablos?” “¿Qué es lo que dices? ¿Te has vuelto loco, andarillo?”
“No
Sr. Es tan sólo una propuesta y una apuesta. Quien no apuesta no le cuesta. Y a
mí me consta que uno puede ganar a veces. Y eso me hace sentir esperanza.”
“Además, mire Ud. Sr., si esto Ud. hiciera, se haría muy famoso en el pueblo y
todos querrían venir a trabajar para Ud. Eso haría que Ud. produjese mucho más
y las otras dos familias, se vendrían abajo en sus finanzas. Al final, estarían
tan mal, ya que nadie querría trabajar para ellos, que se tendrían que ir del
pueblo. De forma tal: UD. SERÍA EL ÚNICO DUEÑO DE ESTE POBLADO”, terminó
diciendo jovialmente el muchacho.
El
Sr. Flamenco nunca había pensado tales cosas. Pero, su codicia pudo más. Y
aceptó el trato. Le dijo: “Bien, pero pondremos los puntos sobre las íes
mozuelo. UN DÍA, NADA MÁS Y TAN SÓLO ESO TE DARÉ, PARA PROBAR CÓMO MANEJAS MI
DINERO, MI PODER”. “Trato hecho, Sr. Flamenco. Lo haré todo delante de Su
Señoría. Verá Ud. que no se sentirá perjudicado”.
Así
que, al día siguiente, como convinieron el rico y el pobre… El muchacho le
pidió ropas decentes para poder ubicarse en el escritorio de roble del Sr.
Flamenco. Medio enfurruñado, el dueño de casa le dio unas ropas ya viejas de
uno de sus hijos. Pero no sirvió de nada, ya que la ropa era para siameses.
Entonces el Sr. Flamenco pidió que trajesen una tijera y cortó las ropas por la
mitad. Y punto.
El
joven se puso esas ropas y se sentó al escritorio del Sr. Flamenco, haciendo
que éste se sentase del otro lado del escritorio y que le pusiese al tanto de
sus finanzas. Porque, era la única forma que él tendría de poder “hacer que
manejaba” el dinero del rico.
Al
principio el Sr. Flamenco dudó. Pero la codicia…esa promesa de ser el DUEÑO DEL
PUEBLO… pudo más.
Así,
puso al tanto al joven de todo lo que tenía. Y este fue tomando nota, según sus
garabatos en la hoja de papel de todo lo que el Sr. Flamenco le iba informando.
Una
vez terminada dicha operación, le dijo: “Muy bien” Ahora, voy a hacer de cuenta
que yo soy Ud. Por tanto, deme unas cinco horas en su estudio, y yo voy a hacer
un plano o un plan que le hará ser más rico aún. Distribuiré su dinero de una
manera ingeniosa y verá Ud. que estará encantado con eso”.
El
joven, al anochecer, presentó unas cuentas, números y garabatos al dueño de la
casa, y este comenzó a analizarlos detenidamente. Al cabo de un rato expresó: “¿Puedes
explicarme qué es esto? “Son lotes, señor. Lotes que puse a la venta de todas
sus propiedades. Dividí la cantidad de trabajadores por los lotes que hay y los
puse a la venta en Wall Trade Center, a un precio inimaginable. Vea usted por
sus propios ojos.” El Sr. Flamenco miró lo descabellado de ese plan y ya iba a
mandar a freír espárragos al joven cuando este le mostró algo más, que dejó
boquiabierto al hombretón.
“Ya
he llamado a Wall Trade Center y he obtenido respuestas. Me dijeron que
aceptaban solícitamente comprar todos los lotes, por el precio estipulado en mi
plan”. El hombre no podía creerlo.
“Pero:
¿quién querría comprar lotes aquí con trabajadores y todo y menos a tamaño
precio?” “Ah, vea por sí mismo, señor: el señor Zorry y el Sr. Constance Associated,
lo compran ya mismo por el precio marcado aquí”. “Pero eso es imposible, ellos
no tienen tanto dinero como yo. Y en todo caso, ¿para qué? No veo que sea una
operación tan pero tan ventajosa que aún unidos quisieran comprarla”.
Claro,
era bastante descabellado todo, como todo lo que he narrado. El quid de la
cuestión era que, secretamente, el joven, firmando como el tesorero de Mr.
Flamenco, les había dicho sottovoce a
los otros dos señores, que, bajo la propiedad del Sr. Flamenco había petróleo.
“¿Qué?
¿Cómo les has dicho tamaña barbaridad? Eso es una mentira horrenda. Si lo
saben, me denunciarán.” “No, no se alarme usted Mr. Flamenco. Simplemente, lo
que estoy tratando de mostrarle, es cómo es fácil ser más rico que los otros,
con un poco de picardía y… ejem, inteligencia.”
“Pero
no se podría sostener esa mentira por sí misma”. “! Oh! en eso se equivoca Mr.…
En las cláusulas de compra venta que redacté, puse que sólo se podría excavar
el terreno luego de diez años de firmar el contrato.” “Mmmmm todo esto me
parece irreal. ¿Y qué harás ahora?” “Como aún no expira el plazo que Ud. Me ha
dado para demostrarle que se puede tener más poder con un poco de uso de la
sesera… entonces hice algo más.”
Ya
el hombre parecía asustado: “¿Qué hiciste?” “Ofrecí también su cuello y el de
los siameses. Su esposa queda libre de cargo totalmente, ya que el Sr. Zorry
está enamorado de ella.”
Eso
fue el sumun. “Por lo tanto, como ve que la propuesta es totalmente factible,
le pido que me de mis honorarios que ascienden a la suma de $dólares
2.000.000.”
“Y
en el supuesto caso que te los diera: ¿qué harías con ellos?” “Ah, Mister, lo
mandaría ahorcar inmediatamente con toda su familia y establecería mi propia
empresa aquí”.
End of the history… Fin de la historia.
EL PODER ES ALGO CON
LO CUAL HASTA HOY DÍA, NINGÚN SER HUMANO HA PODIDO LIDIAR.
SEGÚN LAS ESTADÍSTICAS, SÓLO ALGUNOS POCOS ILUMINADOS QUE PISARON LA TIERRA,
HAN SIDO CAPACES DE ESCAPAR A LA TRAMPA DE LA CODICIA, LA AMBICIÓN Y EL EGOÍSMO
SALVAJE, UNA VEZ EL PODER ESTÁ EN SUS MANOS.
“SI TIENES DINERO EN TUS MANOS Y TE CREES “ALGUIEN” IMPORTANTE POR ELLO,
TE DIGO: BÁJATE YA MISMO DE ESE ESTÚPIDO PICO DE TU EGO, PORQUE EN CUALQUIER
MOMENTO, LA RUEDA DE LA FORTUNA PUEDE DAR OTRO GIRO Y ECHARTE ABAJO
INMEDIATAMENTE”
“HAZ EL BIEN SIN MIRAR A QUIEN”, FUE DICHO. LA SALVAJE DESHUMANIZACIÓN
QUE EXISTE EN EL HOMBRE, AÚN CUANDO POSEA ÍNFIMO PODER MONETARIO O DE CUALQUIER
OTRA ÍNDOLE, HACE QUE SE SIENTA IMPORTANTE”.
POR ELLO: LOAS A LOS
QUE NO SE HAN VENDIDO EN SU DIGNIDAD POR UN PUÑADO DE MONEDAS DE ORO O BILLETES
DE CUALQUIER COLOR.
ECHA UNA MIRADA, PARA VER SI TÚ NO ERES COMO UNO DE LOS PERSONAJES DE
ESTA HISTORIA. PORQUE: LA MENTADA FRASE: “ESTO
ES MÍO”, ES LA MÁS BURDA MENTIRA QUE EL HOMBRE HA ESTABLECIDO, YA QUE TODO,
ABSOLUTAMENTE TODO PERTENECE A LA CREACIÓN. A LA EXISTENCIA.
DEJA DE PAVONEARTE POR TUS MONEDAS EN TU BOLSILLO, Y MIRA A TU DERREDOR,
HACIA DONDE HAYA NECESIDAD, HONESTIDAD Y GANAS DE TRABAJAR.
OSHO
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