ÁNGULOS
Has estado vivenciando
experiencias estresantes. ¿No es así?
Puedes llamarlas:
complicaciones, preocupaciones, stress acumulado, agobio, desánimo, falta de
voluntad, desaliento, desilusión, falta de propósitos, dudas, incertidumbres
severas, miedo, pánico, sensación de abandono, etc. Pero todas ellas, son
simplemente: ANGULOS, de tu propio prisma.
Veamos de qué se trata. Siempre has visto tu vida o la has
analizado desde TU propio ángulo, desde el yo pequeño inferior, como si
un pequeño duende hablara desde dentro de ti y fuera tu mecánica de defensa.
Porque verás todo nace y muere a partir de tu mente. Cuando no hay más
mente, no pueden existir todos esos ángulos.
Si surge una situación de conflicto: inmediatamente reaccionas.
Pero, no en el sentido positivo, sino por el contrario. Te escabulles del
problema, tratas de no verlo… te tomas la osadía de decir que tú tienes la
razón en todo, que nadie ve tus virtudes, que mejor alejarse, no hablar, no
decir la verdad. Pero cuidado: es tu duende interior. No es tu alma.
Cuando estás cansado/a de tomar esas actitudes tan nimias,
absurdas e infantiles, intenta cambiarte de ángulo. Toma otra postura. Po-si-ció-na-te
desde otro punto de tu propia visión, de la de tu duende interior. Por lo
tanto, si te has “cambiado de lugar” en tu visión interna, podrás ver otras
cosas que antes no veías de ti mismo/a, para luego comprender todo lo que te
sucede a raíz de ello, no de los demás, de la vida, de Dios. No eches la culpa
a nadie. Empieza por ti. El cambio entonces: será verídico.
Una vez hayas visto tu vida, tus problemas desde esos
ángulos, cámbiate una vez más de postura, de posición. Esta será más
difícil, porque, como en un juego de ajedrez, te tendrás que colocar en el
“lugar del otro”. Si, es la parte más difícil. Pero para llegar a este
punto, antes debes haberte comprendido, saber que tú has originado y
programado todo lo que te pasa, que tus decisiones debes asumirlas, sus
causas y efectos, y mayormente: NO CULPAR A NADIE. Tampoco a ti. Fue
un error. Entonces: somételo a cambios de ángulo. Mírate a ti
mismo/a desde otro ángulo. Intenta ver por qué hiciste esto o aquello. Verás
cosas diferentes. Pero para ello, o para que ello de un resultado positivo, no
puedes estar enfermo de odio, resentimiento, rencor, envidia, celos, orgullo,
soberbia, indiferencia, etc. Tienes que cambiar muchas veces de ángulo,
hasta que
A partir de allí, entonces sí, comenzarás a jugar ajedrez,
poniéndote en “el lugar del otro”, porque ya te habrás comprendido a ti mismo.
Haciéndolo, no habiendo rabias ocultas, rencores, etc., no eres un peligro para
ti mismo/a, ni una amenaza para tu propia evolución. Eres, LO QUE ERES: UN
HIJO/A DE DIOS.
Allí comienza un camino diferente. Otra jugada. Ingeniosa,
compasiva, que dará resultados óptimos. “Ponerse en el lugar del otro”, supone
o implica más bien, intentar comprender con el corazón (no con la mente), por
qué tal o cual persona actúa de tal o cual manera, supuestamente “dañándote”.
Recuerda bien que, QUIEN MÁS TE AGREDE, ES QUIEN MÁS TE PIDE AYUDA,
ÁLMICAMENTE HABLANDO. Por tanto, no lo olvides jamás. Jamás…
Recuerda siempre que UN CIEGO NO PUEDE GUIAR A OTRO CIEGO.
Y antes de un ciego aprender a andar solo, debe pasar por muchos tropiezos,
caídas, y eso todo es experiencia. No desvalorices nada de lo que te
suceda; por el contrario: anótalo en tu libro de registros espirituales, como
aprendizajes de esta vida. Más que nada, para que no te lleves “materias
pendientes” a otra u otras vidas. Aprovecha EL AHORA. Esa es
Cambia tu ángulo. Es simplemente un vértice. No es EL TODO
ABARCANTE, es simplemente un punto de vista, no todos los puntos de vista, y
aún menos:
Salta en tu conciencia y ofrécete a ti mismo/a un delicado
análisis contemplativo de tus vivencias en el año 2.008 y escribe en un papel,
todo lo que hayas aprendido, aunque hayas sufrido o padecido con ello. Luego, perdona
y perdónate.
Posteriormente, en tu lista del 2.022, escribe lo que aún te
falte transmutar contigo mismo/a o con otras personas con las cuales sientas
resentimiento, angustia, temor, miedo, fantasías no comunes, odio, celos,
envidia, etc. Cada palabra que hayas escrito, harás lo siguiente con ella:
tomarás rectángulos de cartulina blanca y tendrás a tu disposición diferentes
colores. Pueden ser lápices o marcadores.
Supongamos que has colocado:
RABIA. Bien, toma el color que sientas que te hará transmutar tu rabia.
Cualquiera, el que sientas, y comienza a hacer rayas, círculos cualquier cosa
que te venga a tu mano. Deja que por tu mano tu subconsciente se exprese.
Aunque el papel se rasgue, no importa. Tu energía habrá hecho una catarsis y te
habrás liberado de ella. Haz la prueba, y sentirás gran alivio.
No hace falta seguir condenando a otros. Comencemos por ser
más espiritualmente adultos y a prepararnos para la verdadera Nueva Era de
Acuario, donde nadie se alimentará de rabia, rencor o fobias cualesquiera
sean ellas. En Acuario, sólo habrá compasión, celebración y cooperación.
Recuérdalo.
Sheyla
Gracias Maestra por mostrarnos el camino paso a paso 🙏🌟❤️
ResponderExcluir