SITUACIÓN KÁRMICA

 

 (Para saber hacer el propio corte kármico hay que saber bien qué se tiene dentro).

 

            Seamos concisos. Primero hay que saber que la SITUACIÓN KÁRMICA es como una serie de espejos que conforman un laberinto a nuestro derredor. Y el laberinto, cuando estás dentro de él, te trae confusión; no sabes en qué dirección ir, te golpeas por aquí y por allá y todo eso va trayendo complejidades para salir del paso.

 

         SITUACIÓN KÁRMICA: Cuando estás en un laberinto y quieres buscar la salida a través de la razón, de ojos abiertos, confundiéndote entre los espejos que están marcando el laberinto, no hallarás la salida. La única salida es detenerse y analizar qué hay que corregir internamente. Porque la SITUACIÓN KÁRMICA se crea porque hay algo que no está resuelto en uno o todos los integrantes de la situación. Es probable, supongamos este ejemplo: una SITUACIÓN KÁRMICA entre cuatro o cinco personas, uno o una de las integrantes, en esa situación difícil kármica decida salir y trascender el Karma, lo cual es su anhelo. ¿Qué hay que hacer? Primero hay que hacer un profundo auto-análisis, o mejor dicho auto-evaluación de dónde está la piedra; dónde está el ego; dónde está el tropiezo que se reitera; dónde está la transigencia con uno mismo.

Es el punto de no comprensión; es el punto de no inflexión; es el punto duro; es el punto rígido; algo que no se está devanando como ovillo de lana. Por eso habrá que buscar el hilo de la madeja. El hilo de la madeja cuando lo encuentres, cuando encuentres cuál es el punto en donde fallas o reiteras el tropiezo, puedo asegurarte que el ovillo de lana va a devanarse con suma facilidad. Sólo encuéntralo, encuentra el hilo de la madeja, y reitero una palabra que hoy muchas veces se ha repetido: TRANSIGENCIA ¿En qué transiges? Haz tu meditación a solas, haz tu auto-evaluación, repasa tus últimos 5 años y verás que has tropezado con la misma piedra.

         Una vez que hayas reconocido el punto, sal de éste problema, porque en el camino que estabas era simplemente un atajo, y en los atajos debes recordar que no hay salida. Hay que volver hacia atrás, al punto de partida. Pero el nuevo camino que vas a tomar va a ser claro, contundente y preciso. Sólo te está faltando coraje para verlo.

 El día que me digas:” ¡QUIERO!”, “¡TENGO CORAJE!”, “y voy a hacer lo que sea para salir de ésta situación kármica”, puedo asegurarte que ese día las puertas comenzarán a abrirse. Para eso se precisa mucho coraje, arrojarse al abismo; y arrojarse al abismo es fuerte. No es para las personas cobardes. Quien se arroja al vacío encuentra su verdad, porque allá abajo, en lo profundo, en eso que no sabes, en eso que no tienes garantía en absoluto, está Dios aguardándote. No solamente con la respuesta que anhelabas, sino con el nuevo Camino que aspiraste.

         Salta al vacío cuando estés pronta/o, luego, SE FELIZ.

 

          

                                                                           KUTHUMI