DELEGAR O DERIVAR... diferencias. Para delegar tareas o algo específico de tu incumbencia y que consideres importante, debes primero estar seguro/a si realmente es un acto de pedir ayuda y delegar en alguien confiable. ¿Cómo saber si el delegar no es simplemente el “acto del tobogán” en el cual tu te deshaces de toda responsabilidad por ese encargo o si realmente llevas con conciencia lo que se te ha encomendado? Ten cuidado y diferencia tus actos con sabiduría.

TRANSICIÓN O TRANSACCIÓN… todo en la vida tiene épocas que podemos llamarlas transitorias. Pueden ellas ser de corta duración o no. De ser un feto a un bebé recién nacido, ha habido una transición. De bebé a niño/a, también. De ello a adulto, lo mismo. Pero ello ocurre en todos los ámbitos. La muerte es una transición de un estado a otro. De estar sano a enfermo, hay una transición, que, en realidad, es un período de tiempo que no puedes medirlo, pero sí prevenirlo. La transición ocurre en todos los momentos de nuestra vida. Es como para dar un ejemplo, un virus que no ves, pero que, paulatinamente irá dándose a conocer por determinados síntomas en tu organismo. Todo está en estado de transición. La vida no es una línea recta. Ahora bien, ¿cuál sería la diferencia entre transición y transacción? TÚ NO PUEDES DECIRLE U ORDENARLE AL VIRUS QUE SE DETENGA. La enfermedad mayormente seguirá su curso. Hay excepciones, claro. Pero para que haya una transacción, debe haber un mutuo acuerdo entre dos o más partes, sobre una misma cuestión. Y es allí precisamente, cuando, si no sabes detectar la mentira o la falsedad de los demás, tu transacción se confirmará. ¿Y sabes por qué? Porque tú eres un mercader de conveniencias cuando algo no lo puedes hacer por tu propia cuenta. Por ende, haz silencio en tu ser… déjate meditar por lo divino… y la respuesta a qué transición viene en tu vida, se presentará tan clara y rápida que no habrá dudas de lo que has de hacer. En cambio, si haces una transacción, siempre estarás caminando en la cuerda floja. Medita.