DOMINANTES Y DOMINADOS. Mucho se habla de que tal o
cual persona es dominante y también que domina a la esposa, a los empleados, a
los hijos, etc. Pero son caras de una misma moneda. Ambos tienen un acuerdo
funesto entre ellos, porque desempeñan el rol que les gusta hacer. El dominante
y el dominado. Terminan ahogándose entre discusiones inútiles que les han de
llevar a posiblemente problemas médicos graves. Pero, muchas veces, cuando
alguien, puede ser un amigo o un médico psicólogo hace alusión y explica el
comportamiento erróneo del marido de su paciente, ella se irrita y tacha al
médico de inexperiente. No es que lo haga en el momento de la consulta, pero
irá derramando su falsa opinión del médico a diestra y siniestra. Por ende:
¿qué es lo que le gusta al dominado o dominada? Ser víctima. Está bien en su
papel. Tendrá “falsos amigos” que intentarán animarla, cuidarla, mimarla. Todo
lo que no recibe de su esposo, en este caso. Pero esta artimaña es muy
necesaria para ella, o él en su caso… porque se sentirán los victoriosos de esa
ignominiosa batalla campal. Hablar, debatir, discutir, todo bien. Pero
continuar viviendo el mismo teatrillo toda una vida, hay que ver qué obra están
representando y cómo esperan los “aplausos” de su público (falsos amigos), para
sentirse bien con su dolor. Para tener excusas y no ser jamás la persona que
agrede. Esta forma de actuar, es la de los falsos Macbeths… que se incriminan
entre ellos y sangran por todos lados en sus inefables mentiras. El fin de este
juego, puede ser muchas veces el Alheimer o el mal de Parkinson.
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